Geoparque Unesco

1 Paisajes de ayer y de hoy (Eripol)

Paisajes de ayer y de hoy (Eripol)

Localización: en una colina próxima al pueblo, donde nos encontraremos en un magnífico mirador.

Coordenadas: 259721 4685404 31 N

Textos Esperanza Fernández (Geopage)

Desde este mirador se observan dos tipos de rocas procedentes de sedimentos depositados en ambientes muy distintos y que dan lugar a dos paisajes diferentes. Estas rocas son las rocas carbonatadas, formadas básicamente por la unión del anión carbonato con cationes de calcio y de magnesio; y las rocas detríticas, formadas principalmente por sílice, con otros minerales silicatados especialmente del grupo de las arcillas.

Paisajes generados por sustratos formados en rocas de tipo carbonatado: calizas y margas

En Sobrarbe, el sustrato de estos paisajes está formado por una alternancia de dos rocas: caliza (formada por carbonato cálcico, CaCO3) y marga (una mezcla de caliza y arcillas).

Suelen ser rocas de color gris claro a gris azulado. De aspecto liso y suave, usualmente sin granos minerales observables a simple vista. Con frecuencia tienen fósiles de los animales marinos que vivieron en los lugares donde se depositaron. Las calizas y margas pueden generarse en dos lugares: 1) en lagos cálidos, con frecuencia sometidos a cierta evaporación; y 2) en fondos de mares. Las calizas y margas de Sobrarbe son de origen marino, como testimonian los fósiles de animales marinos que contienen.

Vista general del paisaje generado por rocas carbonatadas. El color de estas rocas y su reflexión de la luz son responsables de la especial luminosidad de estos parajes. Fotografía: Esperanza Fernández.

Aspecto de una ladera formada por una alternancia de calizas y margas, que actualmente están siendo disueltas por la ligera acidez del agua de lluvia, destruidas mecánicamente por la fuerza de las aguas de arroyadas y por el efecto cuña del hielo. Fotografía: Esperanza Fernández.

Fragmentos de rocas procedentes de la destrucción de sustratos formados por calizas y margas. Estos fragmentos continuarán su destrucción mecánica y química dando lugar a barros calcáreos y a iones de carbonato y calcio que se irán disueltos en el agua de lluvia. Fotografía: Ander Gómez.

Paisaje de ayer

Las rocas carbonatadas que se observan desde este mirador se formaron a partir de sedimentos depositados en fondos marinos próximos a la costa, poco profundos, luminosos y con aguas cálidas.

En su formación intervienen tres tipos de materiales: 1) arcillas procedentes de la erosión del continente próximo; 2) iones de calcio y de carbonato disueltos en el agua; y 3) partes mineralizadas de organismos (conchas, dientes, esqueletos) que se acumulan en el fondo.

Estos paisajes marinos ocuparon el Sobrarbe durante gran parte del Eoceno (concretamente en la edad Luteciense), hace unos 45 millones de años.

Foto de un fondo marino actual cálido, con aguas transparentes y poco profundo, en este caso correspondiente al mar Rojo. Fondos similares ocuparon la actual región de Sobrarbe hace unos 45 millones de años. Como testimonio, hoy tenemos las rocas procedentes de los sedimentos depositados en dichos ambientes marinos, fácilmente reconocibles por los múltiples fósiles que se encuentran en ellas. Fotografía: Luis Dantart.

Paisaje de hoy

Las margas se destruyen fácilmente por acción mecánica del agua de lluvia, el efecto cuña del hielo y la gravedad. Las calizas son más resistentes pero se disuelven por el agua ligeramente ácida. La mayor parte de este material producido por esta destrucción será transportado. Las iones irán disueltos en el agua de los ríos, mientras que las arcillas serán transportadas en suspensión por estas mismas aguas. Una pequeña parte permanecerá en este lugar formando suelos arcillosos ricos en calcio.

El resultado de estos procesos son paisajes a menudo lunares, con extensas áreas de roca desnuda, colinas suaves y laderas tortuosas donde las lluvias torrenciales labran innumerables barrancos.

Paisaje de calizas y margas tal y como se observa desde el mirador de Erípol. Fotografía: Ander Gómez.

Aspecto de un pequeño barranco labrado en la colina de calizas y margas donde se asienta el precioso pueblo de Erípol. Fotografía: Esperanza Fernández.

Un magnífico lugar para observar y tocas estas rocas es la colina donde se asienta el bonito pueblo de Erípol.

¿Sabías que…?

Por su origen marino, estas rocas pueden contener gran cantidad de fósiles procedentes de organismos que habitaban el mar donde se generaron. Entre ellos destacan los nummulites, corales, gasterópodos, bivalvos, cangrejos, erizos de mar, peces e, incluso, los restos de un curioso sirenio. Todos ellos pueden ser vistos en el cercano Museo Paleontológico de Sobrarbe, en Lamata.

Pradera de nummulites. Los nummulites son unos organismos marinos del tipo protistas (unicelulares). Gracias a que se encuentran en simbiosis con algas microscópicas son capaces de generar caparazones de carbonato cálcico con tamaños que pueden alcanzar los 6 cm de diámetro. Al morir, sus caparazones se acumulan en los fondos marinos, fosilizando cuando el sedimento se transforma en roca. Muchas rocas de tipo margas y calizas del entorno de Erípol son muy ricas en estos fósiles, que registran la gran cantidad de estos organismos que habitó los fondos marinos durante el Eoceno. Fotografía: Ander Gómez.

Detalle del interior de un caparazón de nummulites, seccionado de forma natural en una roca. Se observa que, internamente, este esqueleto consta de numerosas cámaras, en las cuales se encontraba parte de la única célula que forma el cuerpo blando de estos organismos. Fotografía: Ander Gómez.

Molde interno en arenisca fina procedente, fabricado de forma natural a partir de la concha de un bivalvo que habitó el fondo del mar que cubría Erípol y el resto de Sobrarbe hace unos 45 millones de años. Fotografía: Jesús Cardiel (Museo Paleontológico de Lamata)

Paisaje de rocas detríticas

La sílice (SiO2) es el mineral más abundante en la corteza terrestre. Las rocas sedimentarias con abundancia de sílice (habitualmente denominadas detríticas porque están formadas por granos o detritos, o también llamadas terrígenas) pueden ser de tres tipos en función del tamaño del grano que las forma:

  • Conglomerados: formados por granos grandes, usualmente de diámetros superiores a 2 mm.
  • Areniscas: con granos de tamaño arena, visibles al ojo humano aunque en ocasiones son muy pequeños
  • Lutitas: formadas por minerales de arcilla de tamaño microscópico y por tanto no visibles al ojo humano. Según el tamaño pueden ser, a su vez, limolitas (formadas por limos) o arcillitas (por arcillas propiamente dichas).

Suelen tener colores ocres, en ocasiones rojizos por la presencia de óxidos de hierro, o más oscuros si tienen granos negros. Su aspecto habitual es granuloso, excepto en el caso de las lutitas.

Aunque es posible, no suelen tener fósiles corporales (es decir, restos de las partes endurecidas del cuerpo de diferentes organismos como conchas, huesos, dientes, cortezas, etc.) pero sí icnofósiles (huellas de la actividad de seres del pasado, con las huellas de los dinosaurios, por ejemplo).

Aspecto general de un conglomerado. Se observan los cantos de cierto tamaño, unidos por una matriz que, en este caso, es arcillosa. Fotografía: Ander Gómez.

Aspecto general de una arenisca, en este caso con granos de minerales oscuros, posiblemente fragmentos de rocas. Al ser de tamaño arena, estos granos pueden ser observados por el ojo humano. Fotografía: Ander Gómez

Aspecto general de una lutita. No se reconocen granos en ella y sí el aspecto arcilloso de estas rocas. Fotografía: Ander Gómez..

Paisaje de ayer

Las rocas ricas en sílice de los alrededores de Erípol proceden de la consolidación de sedimentos transportados y depositados por ríos en las proximidades del mar (deltas) o en su propio valle. Los sedimentos originales eran cantos, arenas, limos y arcillas y se depositaron, no en un mar, sino en un continente surcado por ríos

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Extensos paisajes fluviales ocuparon esta zona de Sobrarbe desde hace unos 41 millones de años (Eoceno, Bartoniense) hasta el final del Oligoceno, hace unos 25 millones de años.

Aspecto de un valle fluvial actual, similar a los que ocuparon esta región durante más de 15 millones de años, entre hace 40 y 35 millones de años respectivamente. Fotografía: Esperanza Fernández.

Paisaje de hoy

Los conglomerados son rocas muy resistentes a la erosión, pero su matriz arcillosa se destruye originando auténticas praderas de cantos.

Las areniscas suelen ser muy duras y cuando alternan con lutitas destacan mucho en el relieve. Las lutitas son rocas débiles ante los agentes externos, y son fácilmente destruidas por estos. Al erosionarse estas rocas generan gran cantidad de sedimentos de tipo cantos, arenas y arcillas. Muchos de ellos son transportados por los ríos, pero otra parte permanece dando lugar a suelos sobre los que puede desarrollarse la vegetación y los cultivos.

Como estas rocas suelen estar juntas en la naturaleza, formando capas con granos de diferentes tamaños, su erosión es desigual. En el caso de Sobrarbe, el resultado es que generan paisajes con laderas en las que alternan gruesas capas de areniscas o conglomerados que sobresalen entre capas de lutitas más erosionadas. Otra característica de las rocas silíceas de estas zonas es el color rojizo, debido a la presencia de óxidos de hierro, que aporta un color especial a estos paisajes.

Ejemplo de erosión diferencial. La capa inferior es de lutitas y ha sido más erosionada que la capa situada en la parte de arriba, la cual está formada por un conglomerado. El resultado es un estrato sobresaliente junto a otro que resalta menos. Fotografía: Ander Gómez.

Aspecto general del paisaje generado por este tipo de rocas visto desde el mirador de Erípol. Las capas sobresalientes, el tono rojizo y la gran cantidad de vegetación arbórea nos indican que se trata de rocas silíceas. Fotografía: Ander Gómez.

Un lugar interesante generado por este tipo de rocas son los alrededores de Olsón. Allí podemos encontrar algunos paisajes de tipo "encantado" por el diferente grado de erosión de los distintos tipos de roca. Desde este mirador podemos también observar las amplias laderas de tonos rojizos con capas sobresalientes sobre otras.

¿Sabías que…?

En Sobrarbe, las areniscas son la piedra de construcción tradicional por excelencia. Los muros están edificados con mampuestos de esta roca, recibidos con argamasa de cal o barro. Las losas de arenisca eran utilizadas en las cubiertas aunque, a partir del siglo XX, comienza a explotarse la arcilla para la fabricación de tejas árabes, por ejemplo en el cercano Tejar de Almazorre.

Diversos ejemplos de la utilización de las areniscas en la construcción tradicional. El uso de materiales próximos a los lugares donde se construye es un rasgos Fotografías: Esperanza Fernández.

Fotografías: Esperanza Fernández.

Fotografías: Esperanza Fernández.

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  • Respeta los afloramientos geológicos: no recoger material geológico (fósiles...) ni arrancar muestras de minerales ni rocas.

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